Nayra Psicóloga

Del fracaso y otros demonios

Cada día en mi consulta, recibo a personas abatidas, deprimidas…  comienzan a hablarme de una sensación de fracaso en sus vidas, o en aspectos concretos de su vida, en determinadas ocasiones este miedo a fracasar los abruma, los paraliza y los avergüenza. Viven con la sombra constante de no haber sido suficiente, en una carrera por ofrecer siempre más, auto exigirse o disimular y enmascarar su fracaso… No quiero decir que todas las depresiones, bloqueos fobias, etc. las produzcan el sentimiento de fracaso, pero en cualquier alteración mental o emocional aparece por algún escondijo.

En este momento yo les pregunto;  Y ¿realmente qué es el fracaso? ¿Podrías explicármelo? ¿Cómo sabemos qué hemos fracasado? Después de unos momentos de desconcierto casi siempre me responden en la misma línea; no conseguir lo que quieres, hacer algo mal, no tener aquello pensabas que ibas a tener, etc.

Entonces les  vuelvo a preguntar; y si lo entendemos  así,  ¿Existe alguna manera de no fracasar?, ¿es realmente posible escapar de esa nube negra del fracaso por mucho que corramos en dirección opuesta? Aquí comienzan a tener más dificultades en responder y en general las argumentaciones van relacionadas con alguna forma de  comparación con otros, los que no fracasan, los que tienen lo que quieren, los que tienen éxito…

Aquí comienza a surgir cierta confusión,  me miran sorprendidos sin entender bien que les quiero decir, para intentar aclararles  les planteo algunas reflexiones sobre las que nos solemos sentir fracasados.

Por ejemplo les planteo que sí yo durante 5, 10,20,30 años de mi vida he tenido una pareja con la que he sido feliz, hemos compartido y vívido muy buenos momentos pero se acaba la relación y rompemos.  O he tenido éxito laboral durante un cierto tiempo y por determinadas razones todo se viene abajo… ¿En ese momento he fracasado? ¿Todo lo que he vivido, hecho, sentido o logrado, deja de tener sentido y valor en el mismo momento que desaparece? ¿Sólo importa el resultado final y no el proceso?  ¿De verdad consideraré que una relación o un trabajo no han valido la pena,  he perdido el tiempo, sólo porqué ya no está, porque finalizó? ¿Cómo podemos no sentirnos abatidos, temerosos,  paralizado, insuficientes  si sólo importa el momento en que  “fracaso”?, ¿Hay alguna persona que no fracase entonces?, ¿en una vida que es un continuo circular  de cosas que van y vienen,  en que momento podemos decir que hemos tenido éxito? Y si entendemos este concepto en un sentido profundamente  estricto, ¿no es la vida misma un fracaso en el mismo momento en que nacemos?, ya que en algún momento fracasaremos muriendo, por mucho que nos empeñemos.

Puede ser que el fracaso, sea una concepción social, e incluso capitalista que nos lleva a sentirnos agotados, a sobre esforzarnos a seguir luchando en busca de una zanahoria, y posteriormente a luchar por mantener la zanahoria, para así poder sentir que no hemos fracasado. ¿Podría ser que el miedo al fracaso nos haga mantener situaciones en mi vida que me dañan para sentir  que  he no fracasado por ejemplo explotación laboral, relaciones tóxicas…? ¿Puede ser que el fracaso en realidad no exista?

Entonces en este momento entre aturdidos y curiosos me preguntan, y ¿sí no es fracaso qué es?

Perdidas…

Quizás tenemos que entender que la vida es un constante ir y venir de pérdidas, que duelen  por supuesto y a las que nos enfrentamos cada día, ganamos cosas, conseguimos cosas, trabajo, salud pareja, casa, reconocimiento, valoración…y muchas veces las perdemos. ¿Sí entendemos la vida cómo ganancias, combinadas con pequeños o grandes duelos que tenemos que afrontar, no nos será más fácil valorar aquello que hemos tenido sin quedarnos sólo atrapados en haberlo perdido?, ¿No nos será más fácil asumir con naturalidad estos procesos sin quedarnos colapsados con la sensación de haber fracasado, de no haber sido suficientes, no nos será más fácil seguir luchando por nuevos objetivos aunque los podamos perder, no nos será más fácil no quedarnos paralizados ante la amenaza de un nuevo fracaso?

Pero aquí nos surgen dificultades, por qué quien nos habla del duelos, pérdidas en una sociedad centrada en mostrarnos felices a los otros, quien nos habla de cómo asumirlos, de la naturalidad de sentirlos, de que en la vida pasaremos por duelos, a veces tremendamente difíciles y eso no es un  error ni una tara mía que tengo que reparar o esconder, no es una insuficiencia, es simplemente así, la vida, porque hasta la vida misma la perderemos y eso no nos hace menos o insuficientes y mucho menos podemos pensar que entonces no vale la pena vivirla. Porque incluso es a veces esta conciencia de pérdida la que nos permite vivirla y luchar por ella. Aunque los duelos son tema amplio a reflexionar, quizás para otro día.

En este momento que ya  entienden por dónde voy, comienza las preguntas difíciles para mí, por lo que tengo que profundizar en mis argumentaciones:

¿Si me presento a un examen y lo suspendo, y si nunca consigo nada, y si no consigo ser lo que yo quería, en este caso tampoco es un fracaso?

Aquí, soy yo la que tiene que pensar por un momento… cómo buena psicóloga de pensamiento sistémico creo más en la vida cómo una circularidad, que cómo una línea de causa y efecto…esto hace que pueda contemplar la idea que puedo volver a empezar, centrarme en otro punto del círculo, ampliar mí visión . Si suspendo un examen por ejemplo,  puedo pensar es un fracaso, no lo conseguí, pero en realidad lo que hay detrás es una sensación de pérdida, he perdido aquello que me proporcionaría haber aprobado, pero no lo  identificamos porque nos quedamos sumidos en la tristeza de no haber sido suficientes. Les planteo que igual la única manera de fracasar es no intentarlo de nuevo, o no plantearme otros objetivos,  alternativas en mí vida,  en el caso de que  la pérdida haya sido definitiva. Porque perdidas, duelos, hay de todo tipo, pequeñas, grandes, superficiales, vitales, parciales, totales.

Ante la pregunta de si no consigo lo que quiero, la respuesta es un poco más dura, ¿quién dijo lo tenías que conseguir? ¿Por qué crees que has de tener todo lo que quieres? O ¿por qué piensas puedes con todo? Es curioso que enseñamos a los niños de pequeños a aceptar un no y la frustración que ello conlleva para después de adultos pensar que tenemos que tenerlo todo.  Aquí una mala lectura de la psicología positiva y algunas terapias holísticas nos han jugado una mala pasada, con el tan popular “si quieres puedes” pues resulta que no siempre, que tenemos limitaciones, personales, económicas, de estructura social, de circunstancias, que no nos van a permitir tener todo lo que queremos, y eso es otro duelo a asumir, que a veces luchamos y conseguimos y otras no, y no nos convierte en fracasados. Quizás ese “si quieres puedes”, es sólo para un pequeño grupo de privilegiados. Con esto no quiero decir que no tengamos que luchar por conseguirlo, que no piense que la única manera de conseguirlo es intentarlo, pero  en ocasiones tenemos que ajustar nuestras expectativas o adaptarnos a la realidad. Nuestra responsabilidad es dar el máximo de nosotros mismo, intentar conseguir lo que queremos,  valorar lo que hemos obtenido, plantearnos nuevos caminos si el que hemos elegido falla, pensar que siempre sacamos algo nuevo, asumir mis límites, aceptar las pérdidas, incluso las pérdidas de lo que no hemos ganado, asumir los duelos, y quizás  borrando la nube negra del fracaso encima de nosotros, quizás sea más fácil hacerlo.

Finalmente tiendo a finalizar la sesión con la misma pregunta con la que empecé ¿Existe realmente el fracaso?

Nayra E. Bethencourt. Psicóloga.

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